Tras ser beneficiado con prisión domiciliaria con la excusa del coronavirus, protagonizó una violenta entradera: quién es el ladrón que se tiroteó con la policía en Ituzaingó

José Eduardo Magri, de 34 años y oriundo de Berazatagui, salió a robar una casa este miércoles por la mañana. Allí, se tiroteó con la Policía Bonaerense, casi asesina a un efectivo y terminó arrestado, después de pasar poco menos de un mes fuera de la cárcel. El hombre había sido beneficiado recientemente con la prisión domiciliaria, en el marco de la pandemia por el coronavirus.

Distintas fuentes del caso confirmaron a Infobae que Magri salió de la Unidad Penitenciaria N° 7 de Azul el 17 de abril pasado. Su ficha de salida llevaba la firma de la jueza Julia Márquez, del Juzgado de Ejecución Penal N° 1 de Quilmes, quien entendió que Magri era un detenido en condición de riesgo debido a que padecía tuberculosis. Márquez es la magistrada que afirmó que se habían liberado a 176 violadores en un día, pero luego se desdijo.

Así, la jueza resolvió que “la situación descrita en el informe (médico) permite incluir al nombrado en aquello grupos que conforme el criterio establecido por las autoridades sanitarias presenta un mayor riesgo frente al COVID-19”. Después, enmarcó su resolución en un fallo del Procurador General Bonaerense, Julio Conte Grand, en relación al otorgamiento de salidas de prisión por el coronavirus.

Entonces, alrededor de las 9 de la mañana de este miércoles y 27 días después de que la Justicia le otorgue la morigeración de su pena, Magri y otros tres hombres rompieron a mazazos la puerta de una casa, ubicada en la calle Caxaraville al 1700, en Ituzaingó, zona oeste del conurbano, para entrar a robar. Sus cómplices fueron Luis Alberto Bustos, de 27 años; José Rodrigo Baringa Ferreyra, de 28 años, quien también había sido beneficiado por la Cámara de Apelaciones bonaerense con la libertad condicional; y a otro hombre al que aún se busca.

En esa casa viven cinco personas. Una vez en el interior, la banda tomó de rehén a uno de los miembros de la familia a punta de pistola, para luego encerrar al resto. Sin embargo, según las fuentes, antes de que pudieran captar a todos, uno de ellos logró llamar al número de emergencias 911 y alertó sobre la secuencia.

Mientras la banda de Magri revolvía y buscaba las pertenencias de valor, los agentes de la Policía Bonaerense arribaron sigilosamente al domicilio. De acuerdo a la primera información revelada, los efectivos notaron que las rejas del domicilio estaban partidas y la puerta de ingreso, a medio abrir. Así, desenfundaron sus pistolas e ingresaron dando la voz de alto.

La banda les respondió con disparos y uno de los agentes recibió los impactos de tres tiros sobre el chaleco antibalas que, según dijeron, le salvó la vida.

Tras un tiroteo dentro del domicilio, los ladrones se dispersaron y huyeron por los techos. Ante esta situación, los efectivos policiales dieron aviso, pidieron refuerzos y comenzó un operativo “cerrojo”.

Con varios móviles patrullando por las calles linderas a la casa, dieron con los ladrones y arrestaron a tres miembros de la banda, entre ellos, a Magri. Sólo uno logró escapar, según indicaron las fuentes.

Al momento de la detención, cuando le solicitaron que dé su identidad, Magri dio una identidad falsa: dijo llamarse Jonathan Canteros. El fiscal a cargo de la pesquisa, Patricio Ventrichelli, de la UFI 2 descentralizada de Ituzaingó, chequeó la información, corroboró que no era cierto y proporcionó su verdadero nombre.

Enseguida, el sistema reveló que Magri contaba con una causa por robo agravado y que el 17 de abril pasado había salido de Unidad N°7 de Azul beneficiado con una prisión domiciliaria debido a que sufría tuberculosis y en el marco de la pandemia, la enfermedad lo transformada en un detenido en riesgo. No llegó a pasar un mes fuera de la cárcel. Ayer, volvió a un calabozo.

Según pudo confirmar Infobae de fuentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), el nombre de José Rodrigo Baringa Ferreyra también saltó en los registros judiciales. El hombre, oriundo de Berazategui, cargaba con un causa por robo calificado agravado por el uso de arma de guerra de 2016, con un pena de 6 años de prisión efectiva.

Sin embargo, el 8 de abril pasado, Baringa Ferreyra salió de la Unidad N°28 de Magdalena tras recibir la libertad condicional. En este caso no salió como persona en grupo de riesgo frente al COVID-19, sino que la Cámara de Apelaciones bonaerense aceptó su pedido de libertad.

En tanto, Bustos, el tercero de los detenidos, también cargaba con un abultado currículum delictivo. Según los registros, tenía causas por robo calificado por el uso de armas de utilería en 2011. Al año siguiente, cometió un robo agravado con el uso de armas de fuego en grado de tentativa y además lo imputaron por no estar autorizado legalmente para usar armas. Por último, cargaba con una investigación en su contra por el abuso de “armas agravado” en 2019. Todos los hechos los cometió en la jurisdicción de Quilmes.

Así, el fiscal Ventrichelli indagará a la banda que casi mata a un policía y carga con pesados antecedentes. Mientras tanto, los investigadores buscan al cuarto miembro que se dio a la fuga. Además, según dijeron, se sospecha que había un quinto integrante, que sería el “conductor”. El que los iba a sacar en auto después de robar la casa.