Mauricio Macri las habilitará, con un decreto, para combatir el terrorismo internacional y dar más apoyo logístico a las fuerzas de Seguridad en la lucha contra el narcotráfico
El presidente Mauricio Macri dio este lunes a la mañana un importante paso al modificar el decreto 727 reglamentario de la ley de Defensa que había firmado el ex presidente Néstor Kirchner, inspirado en la ex ministra de Defensa Nilda Garré y el CELS. Estas modificaciones crean las bases para una nueva doctrina que permite a los militares combatir el terrorismo internacional y dar apoyo logístico para luchar contra el narcotráfico.
El criterio de ese decreto K era ampliamente restrictivo del uso legal de las Fuerzas Armadas, al punto que solo podían intervenir en un combate contra otra fuerza armada respaldada por un Estado, como eran las hipótesis de conflicto en el siglo XX. Entonces, ante un hipotético ataque del grupo terrorista Al Qaeda, por ejemplo, que no tiene el respaldo jurídico de una Nación, no podían combatir sin violar la ley.
El fondo de estos cambios tienen que ver con la discusión entre aquellos que se aferran a que los militares se preparen para hipótesis de conflicto tradicionales –aunque Brasil y Chile dejaron de serlo luego de una serie de acuerdos diplomáticos- y quienes sostienen que deben colaborar en enfrentar nuevas amenazas, como el narcotráfico y el terrorismo.
Vale decir que, desde la disolución de la Unión Soviética en los ’90, el comando sur de los Estados Unidos alientan a las fuerzas armadas latinoamericanas a concentrarse en las «nuevas amenazas».
A diferencia del kirchnerismo, el nuevo decreto de Macri puntualiza que “resulta menester entender como ‘agresión de origen externo’, en los términos previstos por la Ley de Defensa Nacional, el uso de la fuerza armada por parte de un agresor externo contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de nuestro país, o en cualquier otra forma que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas”.
Como corolario de las palabras del Presidente de este lunes en Campo de Mayo, se publicará el miércoles un decreto que modificará el de Garré, aunque dejando en claro que se mantiene la división entre Defensa Nacional y Seguridad. Este cambio “no implica clausurar los límites existentes entre los ámbitos adjudicados por el ordenamiento jurídico a la competencia de la Defensa Nacional y a la seguridad interior”, dice la norma.
También amplía el rol del apoyo logístico de las Fuerzas Armadas a las fuerzas de Seguridad, en cuestiones como transporte, comunicaciones u otra necesidades, pero sin entrar en combate.
Dice el nuevo decreto: “En el caso de las misiones establecidas en la Ley N° 24.059, el MINISTERIO DE DEFENSA considerará como criterio para las previsiones estratégicas, la organización, el equipamiento, la doctrina y el adiestramiento de las FUERZAS ARMADAS, a la integración operativa de sus funciones de apoyo logístico con las FUERZAS DE SEGURIDAD.”
Por último, establece que “entiéndase que las FUERZAS ARMADAS y/o las FUERZAS DE SEGURIDAD podrán custodiar los objetivos estratégicos a los que hace referencia el artículo 31 de la Ley N° 23.554”.
Es decir, como adelanto Clarín el viernes en exclusiva, las Fuerzas Armadas pasarán a custodiar represas hidroeléctricas y otros “objetivos estratégicos” que hasta ahora estaban protegidos por Gendarmería.
Esta nueva doctrina militar abrirá un debate en el país que, por un lado, sacará chispas políticas y es esperable, por otro, que permita lograr un consenso para una reconversión moderna del aparato militar argentino.
Fuente : Clarin