El sindicalista y el empresario del grupo Indalo se enfrentaron a golpes a golpes en el pabellón para presos por causas de corrupción y el ex socio de Amado Boudou intentó separarlos. De Sousa terminó con un ojo morado
Una de picantes. Juan Pablo Medina, «El Pata», el hombre fuerte de la UOCRA de La Plata preso por lavado de dinero y asociación ilícita en el pabellón IRIC para detenidos por causas de corrupción del penal de Ezeiza, no se lleva bien con sus compañeros de encierro acusados de hacer negocios turbios durante el kirchnerismo.
«El Pata», según diversas fuentes, insulta al aire y chicanea a los presuntos corruptos sin mirar a la cara, tampoco tiene los mejores modales en la mesa común. «Un viejo cabrón», dice alguien que conoce la realidad tumbera por dentro del pabellón más vigilado de la Argentina: «A los presos K no los quiere, no se hace cargo, no cree que es como ellos.»